«De año nuevo y navidad, tralala con sus oyentes…» – «erre rerere, a todos sus amigos…»

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Llega diciembre con su alegría, y es cuando más se nota la distancia…  Ya van casi 5 años desde que llegamos a Australia. 5 años maravillosos, que han traído dificultades, pero también alegrías. 5 años en los que hemos estado alejados de la familia, pero que nos hemos acercado más como familia.

Luego de estos casi 5 años, ya tengo muy clara la respuesta a la pregunta ¿Qué extrañas de Colombia? Claramente la respuesta es la familia y los amigos (y bueno también algo de las celebraciones de diciembre y los juegos de la selección).

No extraño (tanto) la comida, casi todo se consigue, y lo que no se consigue, a casi todo se le ha encontrado reemplazo (ok, tal vez no he podido encontrar o reemplazar la guanábana, tal vez eso sería lo que le falta a este país en términos de comida). No extraño (tanto) la rumba, finalmente nunca fui tan rumbero, si era (soy) amiguero, pero más de planes caseros… me gusta(ba) reunirme con mis amigos, pero prefiero (prefería) mi casa o la de ellos, finalmente la rumba colombiana ya había cambiado tanto, que incluso antes de salir de Colombia ya la extrañaba, yo me quede en la época del merengue y la salsa… la salsa de verdad… entonces no extraño el reggaetón o la champeta o… ustedes me entienden.

Extraño los domingos donde mi abuela, con mis tíos y primos, asustan los mensajes cuando mi abuelo o mi abuela van al hospital por un dolor, asustan porque no hemos podido ir de visita, asustan porque no conocen a mi hija (si la conocen, por Skype, pero no es lo mismo), asustan porque la última vez que abrazaron a mi hijo tenía la mitad de la edad que ahora tiene. Por cosas de la vida no hemos podido ir: por falta de trabajo el primer fin de año; porque estaba empezando a trabajar, no tenía vacaciones y tenía una bebe recién nacida el segundo año; porque me cambio el tipo de contrato y ahora era contratista y no empleado, además de esto nos estrellaron dejando el carro en perdida total, así que toco comprar carro nuevo y no se tenía presupuestado ese gasto el tercer año; por una confusión al presupuestar y pagar impuestos, lo que me llevo a una falta de liquidez, además de esperar respuesta de la aplicación a ciudadanía el cuarto fin de año… Tal vez fin de año sea la mejor época para ir, tal vez no… por un lado es la época más cara, entonces tendría sentido viajar en otra época, por otro lado, en diciembre tengo “vacaciones” (lo cual como contratista quiere decir que no facturo) obligatorias, así que igual no trabajo (viaje a Colombia o no), en cambio en cualquier otra época del año, no trabajar implica no tener el ingreso por ese tiempo, lo que incrementa el costo del viaje.

No me malinterpreten, también tenemos amigos acá, y estos amigos se vuelven (casi) familia; con ellos organizamos las novenas, con ellos nos reunimos para navidad, con ellos celebramos los cumpleaños, en ellos nos apoyamos en caso de problemas, con ellos compartimos los domingos después de misa, ellos cuidan a nuestros hijos en caso de necesidad… Tenemos una bendición muy grande, familia que Dios nos ha puesto en el camino.

Y luego llega diciembre, con su alegría, mes de parranda… extraño las novenas en Colombia, la natilla, los buñuelos, el espíritu festivo… acá llego diciembre, ya casi se acaba diciembre y, bueno, navidad es… papa Noel con tabla de surf en un centro comercial, compra y venta de regalos, misa el domingo… pero no hay adornos en la oficina, no hay amigo secreto, no hay música navideña en el radio… y son cosas que hacen falta… “De año nuevo y navidad, Caracol por sus oyentes, formula votos fervientes de paz y prosperidad…” o “R C N a todos sus amigos, les desea todas, todas, todas las felicidades” … hace un par de semanas, me impacto oírlos… yo oigo radio de Colombia en la mañana (tarde colombiana), y esto es algo que hace parte de nuestra navidad colombiana.

Luego vienen los partidos de la selección… las eliminatorias al mundial… el mundial… eso no se vive acá como se vive allá. Si, es cierto que Australia también clasifico al mundial, pero creo que yo estaba más emocionado por eso que la mayoría de mis compañeros de trabajo. Acá eso no importa. Nos importa el cricket, y estamos en medio de The Ashes, la serie de cricket que ocurre cada 4 años acá en Australia contra Inglaterra (realmente ocurre cada 2 años, intercalándose en Inglaterra y Australia). Es una serie con cientos de años de historia, y realmente es emocionante (llámenme loco por emocionarme con un juego que puede tardar hasta 5 días en definirse, pero si, ya me emociona también), pero no llega (ni siquiera de lejos) al nivel de “EMOCIONANTE” (en mayúsculas) que debería tener el mundial, y acá no lo es… y va a llegar junio y julio, y va a pasar el mundial, y voy a ser de los pocos que llegue trasnochado al trabajo por ver el mundial, y vamos a celebrar solos en familia las victorias de Colombia (y Australia, por que no), y vamos a sufrir solos en familia las derrotas de Australia (y Colombia – ojala que no), y vamos a estar más solos que de costumbre, porque nuestros amigos (familia) se va de viaje a ver el mundial en Colombia, y por ahora, las cuentas no dan para que podamos hacer lo mismo.

Hoy estoy un poco melancólico. Por trabajo estoy en Brisbane (a 2 horas y media en avión de Melbourne), llevo esta semana acá, y la semana pasada estuve en Perth (a 4 horas en avión de Melbourne); estuve en la casa de viernes a domingo… así que ya los extraño… y diciembre no ayuda, y el mundial no ayuda, y la cuenta bancaria tampoco…

No todo es tristeza o melancolía, ya hoy es mi último día de viaje de este año, esta noche vuelvo a la casa y ya el próximo viaje está programado para el próximo año; la otra semana ya tenemos programadas 5 de las novenas con amigos (familia), y ya tenemos planes para el 24, 25, 31 y 1ro, y ya estamos en verano, así que hay más tiempo para ir a la playa o a hacer actividades al aire libre con mi esposa y mis hijos.

Por lo pronto, si no escribo nada antes… FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO

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La vivencia de mi hijo

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Escribo esta entrada, desde mi punto de vista de papá, de acuerdo a lo que he visto en mi hijo y a lo que he hablado con él.

Mi hijo llegó a Australia con 5 años recién cumplidos (los cumplió en Abril y llegamos en Mayo). En Colombia había ido a jardín/guardería desde que tenía 1 año y a colegio grande desde que tenía 4 años. Tanto en el jardín como en el colegio recibió clases de inglés, pero básicamente sabía decir «yes», «no», «please», «teacher», «bathroom» y otras pocas palabras. No sabía comunicarse bien en inglés. Desde pequeño vio películas de dibujos animados en español e inglés, así que el idioma no le era extraño, pero no lo sabía. En Colombia era un niño con varios amigos en el colegio y que compartía mucho con la familia.. primos, tíos, abuelos..

Llegando a Australia, le dio muy duro la comida. La comida sabe diferente, la carne, el pollo, las papas.. todo le sabía distinto. Él estaba acostumbrado a tomar jugo natural con todas las comidas, ahora no encontrábamos casi frutas, y las que encontrábamos eran muy caras. En las comidas usualmente sirven agua o gaseosa, rara vez jugo. Por más que cocináramos en la casa, todavía no sabíamos donde encontrar los condimentos, las hierbas, y las que encontrábamos eran caras o distintas, entonces el sabor de la comida era diferente. La salchicha australiana es muy diferente a la salchicha americana, el yogurt no es el mismo, el jamón viene diferente, no hay queso doble crema… muchos detalles pequeños que cambian muchas cosas. Los primeros meses se nos adelgazó, comía poquito.. buscamos muchas opciones hasta que empezamos a encontrar donde comprar cosas que supieran «parecido» a lo que teníamos en Colombia, y mientras empezó a acostumbrarse a los sabores.

El colegio también es diferente. En Colombia, el bus del colegio lo recogía hacia las 6:20 AM, empezaba a estudiar hacia las 7:30 AM, tenía 1 hora de almuerzo, donde le daban el almuerzo en el colegio, salía hacia las 3:30 PM y el bus lo dejaba hacia las 4, a esa hora llegaba a hacer tareas, quedando libre hacia las 6. Acá, el colegio es público y es el que queda cerca de la casa. Está asistiendo a un colegio bilingüe (inglés-japonés). Entra a las 9 AM, tiene 2 descansos, uno  para el refrigerio y el otro para el «almuerzo», el cual toca enviárselo desde la casa y debe ser algo que no necesite calentarse y que se pueda comer en 10 minutos: Sandwich, perro caliente o sushi. Viendo a sus compañeros de colegio aprendió a comer sushi. Cambia también el estilo de la educación, ya que prácticamente no le dejan tareas, y avanzan «al ritmo del niño» y no al ritmo del curso.

Cuando llegó al colegio, no sabía casi nada de inglés. Preguntamos y lo que nos dijeron en el colegio es que usualmente los niños de esta edad se acoplan y aprenden inglés muy rápido, casi que automáticamente con los otros niños, así que no necesitan ningún tipo de educación o apoyo adicional. En junio entró al colegio así, y muy rápido empezó a seguir las rutinas, pero estaba colgado con el inglés. Utilizó el deporte para relacionarse con los otros niños, aprendió a jugar Footy (AFLvideos acá) que es un deporte como intermedio entre el fútbol y el rugby y gracias a él, a todos nosotros nos empezó a gustar el Footy. Ahora somos seguidores de los Hawthorn Hawks.

Luego de un poco más de un periodo en el colegio (terminando septiembre), el gobierno de Victoria envió una carta al colegio pidiéndonos autorización para hacerle un estudio a mi hijo, revisando su nivel de inglés. Vieron que no había subido lo suficiente y nos informaron que teníamos derecho a llevarlo por 6 meses a un instituto especializado para niños con inglés como segundo idioma. Fue a este instituto por 6 meses, allá compartió con niños de diferentes partes (Perú, Uruguay, India, China, Corea, Italia, Francia..)

En enero, ya estaba hablando muy bien, y en marzo volvió del instituto de inglés a su colegio. Ya se comunica súper bien con los otros niños, tiene muchos amigos, sigue involucrado en los deportes, está rindiendo académicamente al ritmo de los australianos. Sigue teniendo problemas comiendo afuera de la casa, casi en ningún restaurante le gusta comer, así como tampoco en las casas de personas que no «cocinan como colombianos», aunque ya está mejorando eso.

En términos generales, creo que el proceso para él fue bastante bueno, está feliz de estar en Australia; recuerda Colombia, habla seguido con la familia por Skype, recuerda cómo eran las cosas cuando vivíamos allá, le hace fuerza a la selección Colombia, pero también ya está incorporándose a la cultura australiana, habla inglés bastante bien (excepto en la casa, donde solo se habla español), tiene amigos australianos, de diferentes procedencias y disfruta de las ventajas que tiene vivir acá.

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Día de la madre

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Una de las fechas más complicadas para vivir por fuera de Colombia, al menos para nuestra familia, es el Día de la Madre. Tradicionalmente, tanto en la familia de mi esposa, como en mi familia, el Día de la Madre es una reunión en la que se encuentra TODA la familia. Aunque el resto de nuestra familia no está en Australia, ya encontramos una nueva familia acá, y aprovechamos el día de la madre para una reunión familiar. En nuestra casa nos reunimos con otras 3 familias de amigos, hicimos comida colombiana, y celebramos con «todas las de la ley».

Una de las familias de amigos tenía guascas deshidratadas que había traído de unas vacaciones en Europa; conseguimos aguacate (el verde grande, no el casi-negro chiquito que normalmente venden por acá), papa (no se pudieron tener los 3 tipos.. tocó conformarnos con solo uno), crema de leche, pollo, alcaparras, mazorca… quedó aceptablemente bien. Para la bebida, En «Casa Ibérica», una tienda especializada en productos iberoamericanos, compramos Panela, Pony Malta y Colombiana, la otra familia de amigos trajo Aguardiente, y compramos cerveza (una que sabe muy parecido a la Águila y otra que sabe muy parecido a la Costeña). Tomamos Canelazo para el frío, mientras esperábamos, y luego refajo con el Ajiaco.

Finalmente compartimos las 3 familias y nuestro house-mate australiano. Todos quedamos muy contentos con el sabor de la comida, recordando tradiciones familiares, compartiendo en familia.

Al final del día (la mañana de Colombia), terminamos hablando por Skype con nuestras propias familias.

Momentos como estos agrandan amistades, crean familia entre «desconocidos» y generan hogar en un país extraño. Integramos un poco de la cultura australiana en nuestra cultura y mucho de nuestra cultura en nuestro lugar de residencia y de esta forma días que podrían haber sido de melancolía se convierten en días de alegría, amistad, familia, amor, felicidad.

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