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ANTERIOR (Cronológico)
Escribo esta entrada, desde mi punto de vista de papá, de acuerdo a lo que he visto en mi hijo y a lo que he hablado con él.
Mi hijo llegó a Australia con 5 años recién cumplidos (los cumplió en Abril y llegamos en Mayo). En Colombia había ido a jardín/guardería desde que tenía 1 año y a colegio grande desde que tenía 4 años. Tanto en el jardín como en el colegio recibió clases de inglés, pero básicamente sabía decir «yes», «no», «please», «teacher», «bathroom» y otras pocas palabras. No sabía comunicarse bien en inglés. Desde pequeño vio películas de dibujos animados en español e inglés, así que el idioma no le era extraño, pero no lo sabía. En Colombia era un niño con varios amigos en el colegio y que compartía mucho con la familia.. primos, tíos, abuelos..
Llegando a Australia, le dio muy duro la comida. La comida sabe diferente, la carne, el pollo, las papas.. todo le sabía distinto. Él estaba acostumbrado a tomar jugo natural con todas las comidas, ahora no encontrábamos casi frutas, y las que encontrábamos eran muy caras. En las comidas usualmente sirven agua o gaseosa, rara vez jugo. Por más que cocináramos en la casa, todavía no sabíamos donde encontrar los condimentos, las hierbas, y las que encontrábamos eran caras o distintas, entonces el sabor de la comida era diferente. La salchicha australiana es muy diferente a la salchicha americana, el yogurt no es el mismo, el jamón viene diferente, no hay queso doble crema… muchos detalles pequeños que cambian muchas cosas. Los primeros meses se nos adelgazó, comía poquito.. buscamos muchas opciones hasta que empezamos a encontrar donde comprar cosas que supieran «parecido» a lo que teníamos en Colombia, y mientras empezó a acostumbrarse a los sabores.
El colegio también es diferente. En Colombia, el bus del colegio lo recogía hacia las 6:20 AM, empezaba a estudiar hacia las 7:30 AM, tenía 1 hora de almuerzo, donde le daban el almuerzo en el colegio, salía hacia las 3:30 PM y el bus lo dejaba hacia las 4, a esa hora llegaba a hacer tareas, quedando libre hacia las 6. Acá, el colegio es público y es el que queda cerca de la casa. Está asistiendo a un colegio bilingüe (inglés-japonés). Entra a las 9 AM, tiene 2 descansos, uno para el refrigerio y el otro para el «almuerzo», el cual toca enviárselo desde la casa y debe ser algo que no necesite calentarse y que se pueda comer en 10 minutos: Sandwich, perro caliente o sushi. Viendo a sus compañeros de colegio aprendió a comer sushi. Cambia también el estilo de la educación, ya que prácticamente no le dejan tareas, y avanzan «al ritmo del niño» y no al ritmo del curso.
Cuando llegó al colegio, no sabía casi nada de inglés. Preguntamos y lo que nos dijeron en el colegio es que usualmente los niños de esta edad se acoplan y aprenden inglés muy rápido, casi que automáticamente con los otros niños, así que no necesitan ningún tipo de educación o apoyo adicional. En junio entró al colegio así, y muy rápido empezó a seguir las rutinas, pero estaba colgado con el inglés. Utilizó el deporte para relacionarse con los otros niños, aprendió a jugar Footy (AFL – videos acá) que es un deporte como intermedio entre el fútbol y el rugby y gracias a él, a todos nosotros nos empezó a gustar el Footy. Ahora somos seguidores de los Hawthorn Hawks.
Luego de un poco más de un periodo en el colegio (terminando septiembre), el gobierno de Victoria envió una carta al colegio pidiéndonos autorización para hacerle un estudio a mi hijo, revisando su nivel de inglés. Vieron que no había subido lo suficiente y nos informaron que teníamos derecho a llevarlo por 6 meses a un instituto especializado para niños con inglés como segundo idioma. Fue a este instituto por 6 meses, allá compartió con niños de diferentes partes (Perú, Uruguay, India, China, Corea, Italia, Francia..)
En enero, ya estaba hablando muy bien, y en marzo volvió del instituto de inglés a su colegio. Ya se comunica súper bien con los otros niños, tiene muchos amigos, sigue involucrado en los deportes, está rindiendo académicamente al ritmo de los australianos. Sigue teniendo problemas comiendo afuera de la casa, casi en ningún restaurante le gusta comer, así como tampoco en las casas de personas que no «cocinan como colombianos», aunque ya está mejorando eso.
En términos generales, creo que el proceso para él fue bastante bueno, está feliz de estar en Australia; recuerda Colombia, habla seguido con la familia por Skype, recuerda cómo eran las cosas cuando vivíamos allá, le hace fuerza a la selección Colombia, pero también ya está incorporándose a la cultura australiana, habla inglés bastante bien (excepto en la casa, donde solo se habla español), tiene amigos australianos, de diferentes procedencias y disfruta de las ventajas que tiene vivir acá.