ANTERIOR
ANTERIOR (Cronológica)
Estoy en el proceso de revisar las entradas, los comentarios, darles algún tipo de orden y publicar las preguntas y respuestas más relevantes de los comentarios como entradas del blog. En este proceso me encontré con una pregunta que, no sólo me la hicieron como comentario del blog, sino que yo también me la hago seguido… anoche, hablando con mi esposa nos la hicimos de nuevo.
La pregunta textual que me hicieron en uno de los comentarios fue:
¿Hasta ahora, de acuerdo a lo que has vivido y visto sí vale la pena esa inversión, que la verdad, no es baja?
La respuesta el 22 de Junio fue:
La verdad llevamos poco menos de 2 meses… no sabría que contestar, depende mucho de cómo es la vida de uno antes de migrar, depende mucho de qué tanta tolerancia al cambio se tiene… ¿Me arrepiento de la decisión? NO. ¿Lo haría de nuevo? SI. ¿Es fácil hacerlo? NO. ¿Vale la pena hacerlo? Creo que SI. Para nuestra situación, SI, para como estábamos en Colombia SI. No estábamos mal, estábamos bien. En este momento no estamos mejor que cuando salimos de Colombia (no estamos mucho peor, aunque económicamente si estamos más apretados), pero todavía veo muchas posibilidades para llegar a estar mejor. Conozco una pareja que lleva poco más de 2 años (sin hijos), conozco otras personas que han migrado de otros países… hasta ahora, todos los que conozco están felices… Pero de nuevo, ¿Vale la pena? Depende mucho de lo que tienen en Colombia, de lo que esperan de Australia y de lo dispuestos que están para sacrificar algunas cosas que se tienen en Colombia que no tendrán acá, por lo que tendrán luego en Australia
La respuesta hoy, 9 de Octubre es:
Ahora ya llevamos poco más de 5 meses y sigo sin saber qué contestar. O no, tal vez ya tengo más claro que la respuesta a esta pregunta siempre será Depende. Al migrar, uno siempre gana cosas y pierde cosas. Hoy voy a hacer una lista de lo que siento que he ganado y lo que siento que he perdido. Personalmente valoro más lo ganado que lo perdido y por esto, siento que en mi caso si vale la pena, pero el de ustedes puede ser un caso diferente.
¿Qué hemos perdido?
1. Estabilidad Económica y Laboral. En Colombia yo tenía un buen cargo en una muy buena empresa, con un muy buen salario y mi esposa tenía un buen cargo en una buena empresa y en los primeros meses de este año (después de tener todo listo para viajar, hasta los tiquetes comprados) le hicieron un par de muy buenas ofertas laborales.
2. Cercanía de la Familia. En Colombia estábamos cerca de la familia, si bien yo no los veía tan seguido a todos, sí compartía con algunos todas las semanas y mi esposa hablaba se reunía muy seguido con su familia.
3. Grandes amigos con quién compartir. En Colombia teníamos amigos para todos los planes. Teníamos con quienes reunirnos a jugar juegos de mesa en una noche de sábado, teníamos con quienes ir a cine o alquilar una película y verla en alguna casa, tenía con quienes reunirnos a tomar unos tragos y charlar. Cada cumpleaños lo celebraba 3 veces (con mi esposa e hijo, con la familia y con los amigos), además de las múltiples invitaciones a almorzar de los compañeros de trabajo.
4. Fútbol. En Colombia las Eliminatorias son importantes, el Mundial ni hablar. Ya teníamos amigos que nos estaban proponiendo cuadrar vacaciones para ir a Brasil a ver el Mundial, con otros simplemente haríamos planes de reunirnos a ver los partidos, en caso de no poder viajar. Acá no se tiene ese ambiente, el Fútbol (Soccer) es un deporte más, tan importante como el ciclismo y mucho menos importante que el Footy, el Cricket o el Rugby.
5. Colegio de nuestro hijo. En Colombia teníamos a nuestro hijo en uno de los mejores Colegios. La educación era difícil, pero buena, les exigen a los niños para que sean los mejores… acá, al menos en primaria (no estoy muy seguro que cambie mucho en bachillerato), les enseñan de forma que hasta el «menos brillante» entienda, sin preocuparse demasiado por exigirles para que «den más allá del deber», todavía tengo mis dudas si esto es bueno o no.
6. Apartamento más amplio. En Colombia teníamos un apartamento con 2 habitaciones, estudio, sala-comedor, cocina, 2 baños, relativamente bien ubicado. Acá todavía no lo tenemos. Por ahora sigue en la lista de lo perdido.
¿Que hemos ganado?
1. Tiempo. Tenemos mucho más tiempo para compartir. Si bien es cierto que parte de esto es por no tener trabajo, también es cierto que con el poco trabajo que hemos tenido, hemos podido estar al día en nuestros gastos.
2. Facilidad Económica. En medio de la inestabilidad de no tener un empleo fijo, el hecho que el pago mínimo por hora trabajada en Australia sea (en teoría) de 16 dólares ayuda a que con relativamente pocas horas trabajadas al mes se tenga el suficiente dinero para cubrir con los gastos básicos. Contamos además con el apoyo del gobierno para algunos gastos de nuestro hijo.
3. Nuevos buenos amigos. Hemos conocido personas muy buenas, muy queridas, muy amigables que en este poco tiempo nos han ayudado muchísimo. Personas que han llegado a nuestros corazones y que nos han brindado un abrazo, un consuelo o un consejo en el momento necesario.
4. Calidad de Vida. Es difícil explicarlo, más cuando la estabilidad económica no se tiene (aunque sí algunas facilidades), pero acá la vida es más tranquila, el hecho de poder hablar por celular en la calle sin el miedo a ser víctima de robo, el hecho de poder salir a caminar o a trotar a cualquier hora del día o de la noche… es cierto que Australia no es un paraíso, no es perfecta y también hay crímenes, pero en una proporción mucho menor.
5. Unión como familia. El hecho de estar viviendo esta aventura juntos, sin más familia con nosotros, nos ha acercado mucho más, en pareja y con nuestro hijo.
6. Deportes en paz. Aunque suene triste decirlo (triste por la realidad de mi Colombia), acá podemos ir al estadio en paz; y aunque no veamos fútbol, vemos footy, que es un deporte «intermedio entre el fútbol y el rugby». Realmente es emocionante, pero lo mejor es que con niños muy pequeños se puede ir, de forma segura, al estadio. Se puede uno reunir en la calle con fanáticos del equipo rival, horas antes de la final, y simplemente disfrutar de una fiesta en paz.
7. Facilidades de educación y salud. Si bien no es una maravilla la salud y la educación, estando desempleados en este momento sí tranquiliza que tengamos garantizado el acceso de todos al sistema de salud, y el acceso de nuestro hijo a un buen colegio, no a uno excelente, para el cual habría que pagar, como en cualquier parte, pero si a uno suficientemente bueno, que le brinda las herramientas para seguir creciendo acá en Australia.
8. No me arrepiento. Simplemente esto, hasta ahora, no me arrepiento de la decisión.
En conclusión, ¿Vale la pena? Depende, depende de las expectativas, depende de lo que estén dispuestos a sacrificar, depende de la actitud que decidan tener, depende de sus niveles de frustración ante el fracaso y de deseos de cambio. ¿Vale la pena? No se si para ustedes, pero para mi, todavía la respuesta es SI.
SIGUIENTE
SIGUIENTE (Cronológica)